lunes, 28 de noviembre de 2011

Trabajo Infantil en Chile

A lo mejor cuando uno piensa en Chile, uno no se imaginaria que la explotación infantil sigue siendo un problema importante para este país. Según una encuesta del ministerio de trabajo chileno, alrededor de 200.000 niñas y niños trabajan para mantenerse y ayudar a su familia. Esto es equivalente a más de 1 de cada 20 niños y niñas.
El sector agropecuario, sobre todo en el centro y sur del país, donde abundan las tierras fértiles, trabajan más de 20.000 menores de edad. Chile ha promulgado varias leyes para combatir la explotación dentro del trabajo infantil. Leyes como la Ley Nº 19684 del Código de Trabajo para aumentar de 14 a 15 años la edad mínima legal para trabajar se modifico en el año 2000. De igual manera, en el 2002 la Ley de Menores Nº 19806 fue modificada para reforzar las normas que protegen a estos niños y niñas vulnerables. Pese a estos esfuerzos, la explotación infantil dentro del trabajo y la falta de educación sigue siendo un problema, primordialmente en las áreas rurales.
En las áreas rurales de Chile existen muchos grupos originarios, siendo el más numeroso el grupo mapuche. En el sur de Chile, en el Alto Bio Bio, existe una comunidad  de los mapuches, los pehuenches (alrededor de 7.000) que, por lo general, viven en la extrema pobreza. Este grupo de gente viaja a las montañas, en gran parte para la recolección del piñón, fruto de la araucaria, que forma parte de su dieta básica. En las prolongadas temporadas en las montañas, los niños no pueden seguir asistiendo a la escuela. Esto causa que muchos de estos niños terminen abandonando definitivamente sus estudios escolares por la dificultad de reincorporarse en el proceso educativo y mantener el ritmo de sus compañeros.
El concepto de participar de una manera natural en las labores familiares es algo característico de los niños pehuenches. Desde edades muy tempranas (5 o incluso antes), muchos de ellos empiezan a trabajar, pero las familias consideran que esto no es nada más que contribuir a las labores domésticas.
El problema con estos casos es que muchas veces llegan a trabajar tantas horas, que no tienen tiempo para jugar, y mucho menos para ir a la escuela. Entonces, este problema podría definirse como un tipo de trabajo infantil encubierto. Sin lugar a duda, la gran mayoría de los niños que abandonan son los de las regiones rurales y esto lleva a la pregunta: ¿Hasta qué punto podemos considerar el trabajo de niños como parte su desarrollo normal, y dónde debemos marcar el limite entre lo que se considera justo y lo que se considera explotación laboral?

domingo, 27 de noviembre de 2011

Todo Sobre el Trabajo Social

El trabajador social es un profesional de la acción social que se ocupa de fomentar el bienestar del ser humano y la prevención y atención de dificultades y/o carencias sociales de las personas, familias, grupos y del medio social en el que viven.

Igualmente, el diplomado en trabajo social articula los recursos sociales que se precisan para superar las situaciones de crisis personal y familiar. El trabajo de este profesional se desarrolla en todos los servicios de atención a personas y familias.

Es la persona encargada de dar información, orientación y ayuda psicosocial a personas y grupos familiares en situación de crisis, violencia, desorganización, pérdidas familiares, laborales o de vivienda. También ayuda a personas con dificultades para la integración social (marginados, inmigrantes, personas con disminución psíquica o física...).

El trabajador social recoge las demandas de estas personas, hace un estudio de la situación yestablece un plan de intervención para mejorar la situación de los usuarios.

¿Qué formación necesita?

Los estudios de trabajo social son una diplomatura de primer ciclo universitario. La formación de los trabajadores sociales se fundamenta en el estudio de diversas disciplinas (trabajo social, servicios y política social, psicología, sociología, derecho, antropología, economía, etc.) que proporcionan conocimientos variados en ciencias humanas, jurídicas y sociales.

Además de éstas, las asignaturas optativas dan al estudiante la posibilidad de diseñar su perfil profesional según el colectivo al que se vaya a dedicar.

Diversas asignaturas optativas forman a los futuros trabajadores sociales para enfrentarse a situaciones de exclusión social, drogodependencias, la atención a las personas mayores, la protección a la infancia, voluntariado o problemas de salud de la comunidad.

Las perspectivas de futuro para los trabajadores sociales dependen en gran medida de los recursos que las diferentes administraciones dedican a las políticas de bienestar social.

Qué perspectivas laborales tiene

Tal y como evoluciona la sociedad, se crean continuamente nuevos sectores de población que necesitan de la intervención y la ayuda profesional del trabajador social (inmigrantes, ancianos que viven solos, drogodependientes, personas con dificultades de integración sociolaboral...).

El trabajador social debe participar en actividades de investigación social y en el desarrollo de la política social dando a conocer las necesidades de la población.

Los servicios sociales, públicos o privados, son los centros donde los trabajadores sociales habitualmente desarrollan su profesión. Pueden trabajar a cargo de las administraciones públicas en diversas áreas del bienestar social (salud, vivienda, empleo, educación, justicia...) así como en asociaciones sin ánimo de lucro y ONG.

En nuestro país existe un cierto intrusismo laboral, ya hasta hace poco algunas competencias del trabajador social las realizaban voluntarios.

La libre circulación de profesionales por toda la Unión Europea puede facilitar salidas a los trabajadores sociales en otros países europeos con más tradición en políticas de bienestar.

lunes, 21 de noviembre de 2011

"Chile"

La sociedad chilena es una señora en auto que, detenida en el semáforo, finje buscar algo para no tener que mirar al niño que le hace dedo. Es, también, parecida al hombre que pone el celular en su oído, simulando hablar con alguien sólo para no verse obligado a responder la petición de un mendigo. Puede compararse nuestra comunidad con ese joven apuesto y exitoso que juzga a las personas según su apellido y que, sin falta, asiste todos los domingos a misa. Él celebra nuestro desarrollo económico, que, según dice, puede notarse en el estado de las carreteras, aunque no en la calidad de vida del ciudadano común y corriente. Y tiene toda la razón, porque hoy pueden comprarse muchas más cosas que hace una década.
En nuestro país hay consciencia del otro cuando se conversa de a dos, hay felicidad en la familia cuando se come afuera. Somos gente seria; de ahí que afirmemos, orgullosos, que antes de los dieciocho años nadie es digno de atención. Incluso hay gente que lee aunque, obviamente, cosas más elaboradas que esta. 
En fin, me da gusto vivir en Chile.


Rolando Flores, 2006.